Era la mañana del jueves 19 de septiembre de 1985, el reloj marcaba las 7:19 el vaivén de un temblor en creciente movimiento trepidatorio, energiza el suelo hasta convertirlo en terremoto que alcanza los 8.2 grados de la escala de Richter
En el horizonte de Tlatelolco se divisaba una tolvanera que ascendía sobre otros edificios, al mismo tiempo en alguna frecuencia radial se advertía que el edificio "Nuevo León" había colapsado
Era el edificio donde vivía la familia esculta Marca Moneda (Padre, Madre, hijo e hija), Miembros de las Guías y los Scouts de México, Los padres jefes de las secciones mayores de la
7a compañía de las Guías de México y el
Clan "Cocohua" del grupo 31 de los Scouts de México
Donde también se encontraba el local del Clan, en el cuarto de servicio de la azotea, que tendría su reunión nocturna ese mismo día.
Fue entonces que comprendimos que esto sería un "siempre listo" estremecedor que no hubiésemos querido realizar, pero se imponía la urgencia e importancia de estar allí cuanto antes
corriendo hacia el sitio nos acomodábamos el uniforme, y llegamos en unos minutos, ante la desgarradora realidad, enfrentarnos al descomunal y caótico montículo de lozas de lo que fue una edificación de 58mts de altura por unos 100 mts de largo
al poco tiempo se convirtió en escena bíblica donde filas interminables de personas removían los escombros, cual diminutos esfuerzos a mano ante titánica tarea, con todo el vigor apoyábamos a quien teníamos al lado
A medida que vislumbramos algún indicio para el avance esperanzador, enfocabamos ordenar los esfuerzos para tener varios puntos para arremeter sin estorbarnos en la tarea, se organizaron lineas de desalojo, piedras para un lado hacia el arroyo vehicular y muebles en algunos los jardines.
Las primeras herramientas fueron martillos y desarmadores, varillas rotas y cubetas poco a poco fueron llegando picos y palas, estas repartían y se organizaban las funciones de las cuadrillas según herramientas.
Determinar donde era mas conveniente establecer las estaciones de acopio y reparto de primeros auxilios, morgue, comida y herramientas, era una tarea en constante flexibilidad y atención
Por medio de nuestros vecinos y hermanos menores manteníamos comunicación con nuestras familias en los campamentos de la zona
Nuestros padre orgullosos, nos propiciaban confianza al establecer con un escueto e intermitente comunicado de su amargo beneplácito de estar ayudando en esas precarias condiciones.
Desconsoladas las victimas se acercaban, pedía ayuda para los menos afortunados.
lo mas difícil era consolar a quien perdió todo.
pocos fueron los afortunados que sobrevivieron entre los escombros, y fue precaria la atención de primeros auxilios que pudieron recibir, después de las primeras horas, el desconsuelo y la esperanza de encontrar alguien vivo se balanceaba a cada nuevo resquicio entre los escombros, nos abríamos paso entre desoladas escenas que dejábamos atrás con el fin de otorgar una mayor oportunidad a quien estuviera con vida.
nos abríamos paso poco a poco y nuestra frustrada conciencia nos llegaba a distraer, pero arremetíamos con constancia el avance en las entrañas retorcidas de estructuras y despojos inanimados de propietarios y pertenencias.
nuestra atención se centraba en encontrar pistas de ubicación para encontrar a nuestros conocidos a la vez que agudizábamos nuestra percepción y sensatez, para decidir entre opciones esperanzadoras y encontrar sobrevivientes.
por desgracia no pudimos llegar a tiempo con nuestros hermanos scouts, los encontramos juntos a la madre e hijos 3 días después en lo que fuera su departamento en el treceavo piso y a nuestro Jefe de Clan (El Señor Marca) a 17 horas después en lo que pareciera el cubo de la escalera.
el uniforme y pertrechos nos daba el acceso franco al área de desastre ante policías y militares. que en su momento acordonaron la zona para los civiles.
Hasta el escudo de grupo podía ser interpretado como el distintivo de una unidad esculta en coordinación con la benemérita institución de la "cruz roja".
Desde el hecho de tener botas seguridad o de campaña nos confería la circunstancia de ser los indicados para estar entre los escombros
la especialización y equipo en actividades de escalada y espeleología, nos permitió accedes a los sitios de difícil acceso y trabajar en lo alto con un martillo neumático para abrir algunos acceso entre los escombros

Tlatelolco, Septiembre de 1985
Las secciones scouts con poca fortaleza muscular de los grupos escultas ayudaban en la colocación de campamentos, y organizaban distracciones para niños
juntando ropa y víveres para las familias afectadas, haciendo lo posible por alimentar a los rescatistas, reconfortando a las familias
la gente comenzó a tomar papeles activos emulando y después coordinando acciones y recursos con los scouts, pues la experiencia, organización y equipamiento esculta brindaba confianza
era sorprendente ver la solidaridad de la gente, en el centro de acopio instalado en la célebre plaza de las tres culturas, había tiendas de campaña con gente que había perdido su casa, algunos se organizaron para darles de comer, otros ayudaban a instalar las tiendas, a clasificar la ropa.
la organización de un grupo scout en aquellas circunstancias permitió:
el despliegue de un campamento de damnificados que incluía a parte del grupo con su equipo (tiendas, carpas, mesas y cocinetas)
el liderazgo legitimo ante la comunidad
permitió la recepción y administración de los recursos de alimentación y abrigo que ofrecían instancias publicas y privadas
Muestras de solidaridad, de muchos conocidos y amigos que en redes de vinculación apoyaban al campamento y de allí a otros sitios
fue propicia la extensión de la organización del grupo scout hacia la comunidad damnificada y de la ayuda voluntaria de simpatizantes al campamento
la convivencia fraterna y alentadora ante el infortunio
Tiempo después comenzaron a llegar al campamento brigadas médicas; donde se colaboró en la donación de sangre y la organización para vacunas antitetánicas
semanas después cuando la determinación de peritajes, impuso la evacuación de los edificios dañados.
realizábamos mudanzas relámpago que depuraron nuestras destrezas en embalaje, estibaje y eslingas (se realizaban de alturas mayores a 4 pisos, porque no había elevadores)
fueron 3 semanas de actividad continua, los descansos eran en la comida, el aseo y durmiendo en el campamento
se perdió contacto con algunos amigos y conocidos, ante la incertidumbre de su acomodo futuro; en aquellos días no era posible contactar fácilmente a los conocidos
al no tener bodegas para el equipo utilizado, este se fue disgregando y perdiendo
Posteriormente se habilitaron alberges también en los deportivos de la unidad donde fueron conducidos los damnificados, las tareas de organización para los alimentos, aseo y esparcimiento, nos fueron encomendadas, situación que se mantuvo por unos tres meses
dentro del ambiente caótico de los días posteriores; la falta de luz, transporte, agua potable, comida; la psicosis medrosa aunada por el ulular de las sirenas de emergencia de patrullas y ambulancias
la incertidumbre de la seguridad de conocidos y familiares
Éramos damnificados y rescatadores alternadamente, Éramos dedicados
scouts enfrentando la adversidad, con las actividades que nos son propias de la vida al aire libre y la organización comunal
Eran momentos en que la oración scout, más que buenas intenciones, se hacia presente en las acciones que realizábamos
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Señor, enséñame
a ser generoso
a dar sin medida
a trabajar sin descanso
a combatir sin miedo a que se me hiera
y a no buscar mas recompensa
que saber que hago tu voluntad
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